Mendicidad
La mendicidad es uno de los fenómenos sociales que más se
nutre del turismo en Medellín. A pesar de que la situación no es nueva, la magnitud de esta problemática requiere acciones más precisas que regulen la explotación de los niños como herramienta de esta práctica

Foto tomada por Voces sin censura

"Estas mujeres, junto a los niños, permanecen por horas en lugares como la Calle 10 del Poblado, donde su presencia no pasa desapercibida, debido a la impresión que causa ver su situación. Muchas veces están ahí hasta altas horas de la noche, mientras las mujeres adultas se coordinan para bailar canciones populares a cambio de algunas monedas. “Es muy fuerte de ver, porque uno está en una realidad y al mismo tiempo está sucediendo algo enfrente de nosotros todo el tiempo y nadie hace nada, son completamente ignorados”.
Patricia, vendedora ambulante.
Foto tomada por Voces sin censura
El hecho de que los únicos miembros de esta comunidad que ejercen la mendicidad sean solo las mujeres y los niños, preocupa y genera diferentes percepciones ante las personas que los ven. “Cuando veo los niños que están corriendo algún peligro, como hay veces que ellas están muy alejadas y ellos son chiquititos de una de 2 años para abajo, yo me quedo ahí cuidándolos, viendo a ver cómo van a resolver, qué adulto va a venir. Porque hay veces a uno le toca ver situaciones que los niños son ahí angustiados uno mira para cada lado y no ve quién quiénes son las mamás o las que los están cuidando”.
“Pienso que es muy difícil porque cuando hablo con las personas locales, siempre me dicen que no les dé nada porque ese es su negocio y tienen un hombre o un grupo de personas en el fondo de esa situación que son los que reciben todo el dinero y se benefician de esa situación. Así que no debería darles nada de dinero y usualmente no lo hago, pero me siento muy mal por ellos y especialmente por los niños. Yo les pregunto a mis amigos de Medellín por qué tienen a los niños así y ellos me cuentan que así funciona el negocio”
Anka
Luis Fernando, vendedor.
Las opiniones concluyen al recalcar la presencia de los niños en las calles, como una problemática preocupante que debe trabajarse con la comunidad indígena que habita en la ciudad. “A mí me tocó mendigar también. Entonces fue algo muy difícil, por ejemplo, estuve 3 meses en la calle y al principio fue algo duro, me tocó por obligación mendigar. Pero, por ejemplo, cuando vienen los indígenas que vienen con los niños, es algo que para mi concepto no es algo justo. Hombre, yo comprendo que puedan venir a pedir el dinero porque pues la necesidad de cada uno es diferente, pero en el concepto de traer un bebé y ponerlo a trabajar, o sea tenerlo ahí como si fuera un monedero, no estoy a favor, es algo que nunca me ha gustado y nunca me ha parecido agradable”.
La mayoría de indígenas han sido víctimas del conflicto armado y son desplazados de sus territorios por las fuerzas armadas. Debido a esto la comunidad presenta muchas limitaciones en cuanto a los recursos económicos a los que pueden acceder, es mucho más rentable para las mujeres salir con sus hijos a pedir dinero, que buscar otro tipo de trabajo donde no sean discriminadas y tengan las mismas ganancias, por múltiples razones adquieren comportamientos de mendicidad como un estilo de vida, para los niños es costumbre vivir sin ningún tipo de comodidad y sentirse vulnerables en su entorno.
Otra problemática es el tema de la comunicación limitada que existe con esta comunidad, principalmente por la falta de traductores indígenas y por las diferencias culturales que hay, esta comunidad suele ser muy reservada y no suelen establecer conversaciones con los turistas que ven día a día. Es muy difícil que accedan a recibir algún tipo de ayuda para mejorar su estilo de vida, por el contrario, hace poco hubo disturbios en la personería de Medellín provocados justamente por la comunidad indígena; el propósito era exigir la mendicidad laboral como un derecho, pero esto no es viable según las concepciones políticas.



Fotos tomadas por Voces sin censura
Güey Garcia,
guía turístico.
Por otro lado, en la Comuna 13, uno de los sitios más turísticos de Medellín, se observan niños que ofrecen trucos de magia y pasos de baile a los turistas que pasan por el lugar. Aunque sus formas son diferentes, la problemática no cambia.
Güey Garcia, guía turístico de la Comuna 13 nos cuenta acerca de esta situación.



